—¡He creado un monstruo! —exclamó el doctor Frankenstein, ufano. Había jugado a ser Dios y había ganado.
La alegría le duró hasta la mañana siguiente, cuando leyó la crítica:
“Se le ven las costuras.”
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El País Semanal, nº 1.600, 27 de mayo de 2007
2 comentarios:
Pues nada, al photoshop o la cirujía estética, que hoy quedaba como nuevo...
Besos, Al.
Siempre habrá quienes estén esperando para buscar los defectos a lo que hacemos. Es inevitable.
Pero el monstruo le quedó muy tierno.
Un beso
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